domingo, 30 de mayo de 2010

Capítulo 10: Entre rejas (Dylan)

Qué raro. Alice se había retrasado más de media hora. Eso no era usual en ella. Hoy el sol era muy fuerte así que me puse a la sombra de un árbol. También tenía un montón de sed, hacía más de una semana que no bebía ni una gota de sangre. Estuve esperando un poco más, pero sin quererlo, me dormí.
Me desperté al oír unas voces de hombres.
-¡¡Cojedlo!!-gritó la voz de Henry.
Unos hombres me cogieron por los brazos y me arrastraron hasta la mitad del prado dejándome expuesto a la luz. Me derrumbé y acabé en el suelo arrodillado.
-Eres un imbécil-dijo Henry a la vez que me abofeteaba, no sentí nada, pero el sol me estaba matando y solté un gritó de dolor. A el pareció gustarle y me volvió a soltar un cachetón-Así que te veias a escondidas con Alice…esa niña me las pagará.
¿¿¡¡Qué!!?? ¿Cómo sabía él que me veía con ella? Me removí entre los brazos de los dos hombres que me tenían atrapados, tenia que proteger a mi princesa, pero el sol me quemaba demasiado. Solté otro gritó de dolor.
-Ahora mismo iremos a ver al rey y le explicarás que has estado acosando a Alice, si haces lo que te digo no le pasará nada malo. ¿Me has entendido?
Yo asentí. Era la única manera de mantener a Alice a salvo.
Me llevaron al castillo y todos nos miraban extrañados y llenos de sorpresa. Todas las ventanas estaban abiertas y el sol se filtraba por ellas. Quería gritar y matar a cada uno de los tipos que me tenían sujeto. Pero tenía que contenerme, por mi padre y sobre todo por Alice.
Entramos a la sala del trono y allí estaba mi padre, el rey Connor, Ethan y Elliot.
-¿¡Qué pasa!?-gritó mi padre- ¡Soltad a mi hijo!-dijo angustiado al ver que estaba a la luz del sol.
-Lo siento majestad, pero su hijo a infligido ciertas reglas-dijo Henry a la vez que avanzaba hacia el rey Connor.
-¿Qué reglas?-preguntó Ethan.
-Este ladrón ha estado acosando a la princesa Alice. La obligaba a que se vieran todos los días. Si Alice no le obedecía la amenazaba con hacerle algo a tu hijo, Ethan-dijo astutamente.
Ya estaba todo perdido, no podría estar con Alice nunca. Levanté la cabeza hacia Ethan. Él parecía no creer en lo que decía Henry.
-¿Eso es cierto Dylan?-me preguntó el Rey.
Henry me miró y tuve que asentir.
-¡¿Cómo te atreviste a hacer eso?!-Ethan estaba furiso, vino hacia mí y me pegó un puñetazo en el estómago.
Caí al suelo, pero no por el puñetazo, el sol era insoportable.
-Eres despreciable-dijo Elliot saliendo de la sala.
Mi padre me miraba angustiado y enfadado, el también había creido a Henry.
-¡¡Encerradlo!!-les dijo Connor a los dos hombres que estában a mi lado- Mañana decidiremos si será ejecutado.
-Los dos hombres me cogieron otra vez y me llevaron a la parte más baja del castillo, afortunadamente allí no había nada de sol. Me metieron en una celda bastante amplia.
Me estuve recuperando un momento hasta que Henry apareció.
-Bien hecho Dylan, me sorprende que quieras ayudar a la desagradecida de Alice-estuve a punto de lanzarmele al cuello, pero el se acercó a una pequeña ventana que había en la celda y la abrió. La luz iluminaba todo. El sol me volvía a quemar.
-Seguramente mañana a mediodía tu cabeza rodará por el suelo-salió de la celda-Ah, por cierto, si le cuentas la verdad a alguien Alice lo pasará muy mal.
Intenté levantarme para cerrar la ventana, pero las piernas me fallaron y caí al suelo. Así pasé un par de minutos que me parecieron días enteros hasta que olí un dulce aroma. Era Alice.
-¿Por qué quieres ver a ese dergraciado?-le estaba preguntando Ethan mientras caminaban.
-¡No vuelvas a insultarlo! El no me ha hecho nada, tampoco me ha amenazado, asi que no digas nada malo de él.
-Alice no me mientas. Henry nos dijo todo lo que pasó.
-Ese imbécil miente. Dylan nunca me haría nada. Lo conozco muy bien.-la voz de mi princesita estaba llena de amor.
-Hablas de él como si lo quisieses-ya estaban girando la esquina.
Alice se quedó callada y desde que me vió su cara se descompuso.
-¡¡Abrala!!-le gritó a un guerdia-¡¡Y luego vayase!!
El soldado que estaba acargo de mi celda la abrió y se marchó rápidamente.
-Ethan cierra la ventana-él dudaba-¡Ahora!-gritó Alice.
Cerró la vetana rápidamente. El sol dejó de llegarme y me sentí casi bien del todo. Todavía tenía demasiada sed. Me pude poner en pie y Alice se arrojó a mis brazos llorando.
-¡Lo siento tanto! Henry amenazó a Dakota y ella le tuvo que contar todo. Quise avisarte pero me encerró en mi habitación. Todo esto es por mi culpa.
-No digas eso. Tu no tienes la culpa de nada-la abracé más fuerte.
-Alice, ¿Qué pasa aquí?-preguntó Ethan
Mi princesita se ruborizó y escondió su carita en mi pecho.
-Estamos abrazados por que…pues verás…-quise seguir pero Alice me cortó.
-Dylan estas helado, ¿Cuánto tiempo hace que no bebes?-me preguntó.
-Casi dos semanas. Pero no te preocupes puedo aguantar bastante tiempo-mentí.
-No me mientas Dyl. Tienes que beber algo. Ethan, ahora mismo vas a presenciar algo…diferente. Por favor, no digas nada de lo que vas a ver. Y ni se te ocurra intervenir.
Alice se llevó las manos al pelo y lo apartó de su cuello. ¿Qué iba a hacer?
-Quítate el colgante-me pidió.
-No Alice, no volveré a beber de ti-le dije alejandome.
-No seas tonto-se acercó a mi y me intentó quitar el colgante pero yo la detuve-Es mejor que bebas algo. No me pasará nada.
-No
-Por favor Dyl-me miró con sus grandes ojos verdes y me perdí en ellos. Cuando quise darme cuenta, mis colmillos ya habían salido.
Miré hacia Ethan y su cara no mostraba horror sino…precaución.
-Bebe Dylan.
Alice puso sus manos en mi nuca y me atrajo hacia su cuello. Clavé mis colmillos en su cuello y ella soltó un pequeño grito. Sentí su sangre en mi boca. Era la cosa más dulce que había probado. Dejé que la sangre llegara a saciarme un poco, pero no del todo. Me separé de su cuello y Alice todavía seguía despierta, esta vez no había sucumbido ante el sueño.


PD: ¡¡Feliz día de Canarias a tod@s!!

jueves, 27 de mayo de 2010

Asdf Movie 2

Hoola, hoy no tenía que estudiar para nada y me he pasado por aquí ^^
El otro día una amiga y yo nos pusimos a buscar boberías en youtube y encontramos esto.
Espero que os guste (aunque es un poco bobo xD)



Mis favoritos:
I like Trains...Fiiiuu
-Died potato...
-No today

domingo, 23 de mayo de 2010

Capítulo 9: Encerrada (Alice)

Cuando puedo oir el llanto del bebé salté de felicidad. Cogí al pequeño en brazos y se lo di a su madre. Era un niño. Su pelo era del mismo tono cobrizo que el de Ethan. Tenía la carita roja y sus grandes ojos azules destacaban sobre su piel. Era un bebé precioso.
Ethan entró en la habitación y se acercó corriendo hacia su pequeño hijo. Le dio un tierno beso en los labios a Bryana y besó la mejilla de su hijo. En ese instante tuve una especie de visión. Me veía en la misma situación que Bryana, pero yo sostenía a un pequeño niño de pelo negro y ojos azules, idéntico a Dylan. A mi lado se encontraba él abrazandonos a mí y al pequeño. Sacudí mi cabeza intentando sacarme esa idea de la cabeza.
Me acerqué a mi hermano y le abracé
-Felicidades hermanito-le dije mientras besaba su mejilla-¿Cómo se llama mi sobrino?
El pensó un momento y luego me dijo decidido:
-Se llamará Edsel, nuestro nuevo principe.
Edsel, me gustaba el nombre. Creo que así se llamaba mi abuelo, pero a mi padre no le gustaba hablar de él y como había muerto antes de nacer yo…no lo recordaba.
Salí de la habitación para que Ethan pudiera estar a solas con su hijo y su esposa. Me dirigí hacia el torreón, pero en el camino me encontre con mi madre y mi hermana.
-Alice, te estábamos buscando. Tienes que probarte el vestido para tu boda-me dijo mi madre.
-Lo siento madre, pero todavía falta más de un mes para la boda y no creo que sea necesario probarmelo ahora.
-Alice, no inventes cosas sin sentido-dijo mi padre apareciendo por una esquina- Tienes que estar lista para casarte con Henry, así que ve ahora mismo con tu madre y pruebate ese vestido.
-Esta bien padre-acepté resignada.
Me fui hacia mi habitación y allí una criada me estuvo tomando las medidas. La tela que había escogido mi madre para el vestido no me gustaba. Era blanca y tenía un montón de flores verdes.
Cuando por fin acabaron de medirme, mi madre y Alanna salieron de la habitación, pero Sarah, la modista, se quedó un momento.
-Sarah, ¿tienes más telas?
-Por supuesto alteza, si me permite creo que esta tela quedaría maravillosa con sus ojos y su pelo.
Sacó una tela de color crema tirando a blanco con un bordado en oro precioso. Me encantaba.
-Me encanta esa tela, ¿podrías hacerme un vestido con la tela y hacerlo como a ti te parezca que queda mejor en mí?
-Claro, alteza
El vestido que me haría Sarah sería el que usaría en mi boda con Dylan.
Luego, fui a cenar. Esta vez me tocó sentarme en frente de Dylan. Mientras comíamos los dos nos mirábamos con ojos dulces y llenos de amor. Adoraba aquellos ojos azules.
-¿Cuándo será tu coronación, Ethan?-le preguntó Elliot a mi hermano.
-Justamente una semana después de la boda de Alix.
Miré a Dylan y su mirada se habia congelado.
-Disculpenme-dijo levantandose-me siento algo mal.
Y sin decir nada más salió del comedor. Yo fui la siguiente en retirarme diciendo que me dolía la cabeza.
Después de dar vueltas por todo el castillo, me dirigí hacia el torreón. Allí estaba Dylan sentado en el suelo con la cabeza entre las manos. En cuando empezé a caminar hacia el levantó la mirada y sus ojos eléctricos se clavaron en mi. Sus ojos mostraban una desesperación increíble. Me acerqué a él y me senté a su lado. Lo único que pasó después fue que Dylan estaba llorando y yo lo abrazaba fuertemente.
-No quiero perderte-mes susurraba una y otra vez.
Yo lo abrazaba y le decía que eso nunca sucedería, él era todo lo que yo quería.
-No te merezco, conmigo no serás feliz-dijo tristemente.
-Ni si te ocurra volver a repetir eso, si estoy contigo seré completamente feliz. No sabes cuanto te quiero.-le levanté la cara y posé mis labios sobre los suyos.-De verdad Dyl, si no estoy contigo no sé que haré. Te amo.
-Gracias mi amor-me volvió a besar- Te amo.
Así estuvimos un largo rato abrazados.
Tres semanas después Dylan y yo nos seguíamos viendo a escondidas en nuestro pequeño lugar en el bosque. Y todas las noches nos encontrábamos en el torreón.
Estaba preocupada, solo faltaban unos escasos 6 días para que me casara con Henry. Había adelantado la boda
Estaba yendo con Dakota para reunirme con Dylan cuando Henry apareció.
-¿Dónde vas?-me preguntó.
-Voy a dar un paseo con Dakota. Volveré más tarde.
-Tu no sales hoy de aquí-me agarró fuertemente del brazo y me encerró en mi habitación.
-¡¡¡Déjame salir!!!-aporreé la puerta- ¡¡Sácame de aquí!!
Pero nadie me escuchaba. Me quedé en la puerta un buen rato hasta que oi unas voces y pegué la oreja a la puerta.
-¿Qué hace Alice cuando van a dar un paseo?-preguntó Henry.
-Na-nada señor-Dakota estaba muy nerviosa.
-Si no me lo dices dejaré a tus padres en la calle-había caído muy bajo.
-Está bien, cuando salimos ella siempre se va a una especie de prado y se encuentra con alguien. No se quién es, solo que es un hombre.
-Esa…niña.-dijo Henry mientras soltaba un par de palabrotas-Me ha estado engañando todo este tiempo. Ese tipo con el que se ve las pagará muy caro.
¡¡¡Noooo!!! ¡¡No le podían hacer nada a mi Dylan!! Intenté por todos los medios abrir la puerta pero me fue imposible. Grité con todas mis fuerzas y nadie me oyó.
No podía ayudar a Dylan, le harían cosas malas solo por mi culpa. Me quedé allí llorando y rogando por que no le hicieran daño.

domingo, 16 de mayo de 2010

Capítulo 8: Preguntas (Dylan)

En el momento en que me preguntó eso me empezé a reir. Mi princesita me miró muy avergonzada y algo enfadada. Yo me acerqué a ella y puse mis labios sobre los suyos. Dio un suspiro entre mis labios y enredó sus manitas en mi pelo haciendo que me pegara más a ella. Su dulce aroma me impactó de lleno y tuve que separarme rápidamente. Vi la confución en sus ojos.
-Lo siento, pero hueles realmente bien- su maravillosa risa nos envolvió.
-No te preocupes Dyl, pero es que me encanta estar en tus labios-se sonrojó.
Era muy extraño, la niña que yo había conocido era totalmente diferente a esta Alice que tanto me gustaba. Era raro, el amor puede hacerte cambiar, sobre todo uno complicado.
-A mi también me encantan tus labios Allie. No te tienes que ruborizar por eso.
-Está bien, pero contéstame a mis preguntas.
-De acuerdo, solo si tu contestas las mías.
-Vale, ¿por qué tienes las manos calientes?
-En realidad eso es solo una leyenda. Puedo estar a veces realmente frío, pero siempre depende de la cantidad de sangre que consuma, cuando más sangre corra por mis venas, más caliente estaré. Ayer me alimenté y por eso hoy estoy más cálido-acaricié sus mejillas teñidas de rubor y la besé delicadamente-Ahora me toca preguntar a mi. ¿Cómo actuabas antes de conocerme?
-La verdad es que era muy mala-bajo la mirada- Me portaba muy mal con mis sirvientes, aunque nunca los humillaba. Me gustaba que me dijeran halagos y que todos me miraran.Y sobre todo gastaba mucho dinero. Era una niña caprichosa y consentida. Pero ya no quiero ser más así. Antes actuaba así porque quería llamar la atención, eso ya se acabó. Me toca a mi otra vez. ¿A qué te sabe la sangre? ¿Puedes comer?
Me reí.
-Esas son dos preguntas, pero las contestaré. Para mí la sangre es como…como un pastel: Muy dulce. Hay sangres diferentes, pero todas son dulces-me miraba realmente atenta- Y si como. No sabe mal, pero nada en comparación con la sangre. Pero tienes que saber algo: odio las verduras.
-Pues a mi tampoco me gustan-los dos reimos.
-Jajaja, mi turno. ¿Cuándo quieres que nos casemos?-fui directo
-P-p-pues…antes de que empieze la guerra contra los bárbaros. Además tú no participarás en la guerra ¿verdad?
-Si lo haré, pero te prometo que no pelearé. Solo dirigiré las tropas pequeñas.-su cara se entristeció- No te preocupes Alice, no me pasará nada-la abracé- Te prometo que nos casaremos antes de que lleguen los bárbaros.
-Me toca. ¿Tienes colmillos?
-¡Pues claro! Un buen vampiro siempre los tiene.-me saqué el colgante y dejé que mis colmillos crecieran-¿Ves?-le sonreí.-Ahora yo ¿te doy miedo?
-¡¡No!! ¡¡Por supuesto que no!! Nunca me darías miedo Dylan, sobre todas las cosas te amo. Eso nunca lo podrán cambiar. No me das miedo, me fascinas. Tu mundo es un misterio para mí. Quiero saberlo todo. ¿Porqué cuando te quitas el colgante te crecen los colmillos y tus ojos brillan?
-Es un colgante mágico. Me lo dio mi madre antes de morir. Ella era como yo. Cuando me quito el colgante muestro mi verdadera apariencia. No se porque me brillan los ojos, he intentado averiguarlo, pero no he conseguido nada.
-Me gustan tus ojos así-dijo Alice clavando su mirada en la mía-Me hipnotizan.
-Tus ojos también son preciosos-la atraje hacia mí y la encerré en mi abrazo- Será mejor que vuelvas, está oscureciendo.
-Vale.
La volví a coger en brazos y fui corriendo hasta el lugar donde me había encontrado antes.
-Hasta esta noche princesita.
Me iba a dar un pequeño beso en la mejilla, pero, la giré y la alzé del suelo para que pudiera besarla sin necesidad de agacharme. Ella soltó un gritito encantador.
-Eres algo bajita-susurré mientras besaba su nariz.
-No Dylan-me contradijo y me rodeó el cuello con sus brazos-El problema es que tú eres muy alto.
No me pude resistir y la bese. Sus dulces labios se movieron lentamente contra los míos. Mis manos viajaron hacia su cintura y ella se pegó más a mí. Nuestro beso se volvía cada vez más profundo, pero, derrepente sentí un aroma. No era el de Alice.
La pusé en el suelo y me giré hacia donde venía ese olor. Allí parada y con la boca abierta estaba Bryana mirandonos asombrada.
Alice fue hacia ella y le pidió, más bien le suplicó.
-Por favor Bryana, no le digas nada a mi padre ni a nadie-Alice estaba a punto de llorar.
-No te preocupes Allie, no lo haré.
-Muchas gracias Bry-Alice la abrazó.
Pero en el momento en que Alice la tocó ella soltó un chillido.
-¿Qué pasa?-pregunté acercandome a ellas.
Bryana se llevó las manos a la barriga y vi un líquido en el suelo. No comprendía lo que estaba pasando.
-Dylan ayúdame-me dijo Alice mientras intentaba que Bryana caminara- Va a dar a luz.-me explicó y entonces si entendí lo que pasaba.
Llegamos hasta donde estaba una de las sirvientas de Alice y entre los 3 llevamos a la parturienta al castillo. Mientras las mujeres llevaban a Bryana a dar a luz yo fui a avisar a Ethan.
Toqué la puerta y al parecer estaba reunido con el rey y Henry
-¿Qué pasa Dylan, porque entras así?-dijo Henry.
Lo ignoré completamente y me dirigí hacia Ethan.
-Tu esposa esta dando a luz.
-¿¿Qué?? ¿Dónde está?-estaba nervioso.
Lo guié hasta la habitación en la que estaba Bryana y pudimos oir uno de sus gritos. Ethan estaba todo el rato caminando de un lado a otro y ahora hasta yo estaba nervioso, pero entonces, oímos el llanto de un bebé.

viernes, 14 de mayo de 2010

Capítulo 7: Cita Secreta (Alice)

-Te amo Dylan.
Por fin sabía quién era ese chico que me había robado el corazón en tan solo unas palabras. Y la verdad era que mi pequeño sueño se había cumplido. Cuando yo tan solo tenía 5 años, Dylan y su padre habían venido al castillo y lo primero que le había dicho a mi madre al verlos fue: “Mamá me quiero casar con ese niño” Pero como era tan presumida y arrogante lo que hize fue hacer que el se alejara de mi y me odiara. La vez que me había intentado pegar lloré en los brazos de su madre toda la noche. Y ahora quién pensaría que me hubiera enamorado perdidamente de ese niño.
-¿En qué piensas?-me preguntó.
Los dos estábamos sentados en la punta del torreón más alto. Dylan me había llevado allí de solo un salto. Me encantaba que se pudiera mostrar libre conmigo.
-En que te quiero mucho-el me abrazó y me apoyó contra su pecho-Dylan, no me quiero casar con Henry.
-Eso no va a suceder porque…-se alejó un poco de mi y me miró con esos ojos azules eléctricos que tanto me gustaban-Allie ¿Te quieres casar conmigo?
Salté sobre Dylan y le besé con todas mis fuerzas.
-Si, si, si, si, s…-sus labios me interrumpieron.
-Gracias por aceptarme, aunque no tengo ningún anillo-me dijo avergonzado mientras bajaba la mirada.
-No me importa, pero prométeme que no dejarás que me case con Henry. Solo te quiero a ti-volví a encontrarme con sus labios- Se está haciendo muy de noche.
-Ve a cenar Alice, mañana iremos a un lugar y tienes que estar con energía. Será nuestra cita secreta. Aunque tienes que conseguir a alguien de confianza. Como a las 5 de la tarde ve a dar un paseo y yo te iré a buscar. La persona a quien elijas se quedará sola así que…espero que lo podamos conseguir.
-De acuerda Dylan, creo que ya se a quien elegiré. Te veré mañana.
El me ayudó a bajar del torreón
-Te quiero Allie-me besó y se fue a una velocidad muy rápida.
-¿Alice estás aquí?-me llamó una voz.
-Si, ya entro-miré otra vez el maravilloso paisaje de todo el reino y luego entré dentro del castillo.
-Aquí estoy Bryana, necesito pedirte un favor.
-Lo que necesites Alice.
-Mañana antes de las 5 iremos a dar un paseo, pero tu te quedarás en un lugar y yo me iré a encontrar con otra persona-confiaba en Bryana-¿Me podrás ayudar?
-Claro que sí, pero no me puedo quedar sola, mi bebé está a punto de nacer.
-Dakota irá con nosotras, así no te quedarás sola. ¿De acuerdo?
-Está bien, vamos a cenar que tu madre está un poco desesperada.
Después de cenar le pedí a Dakota que fuera con nosotras mañana y se quedara con Bryana en cuanto yo me fuera.
Al día siguiente me levanté muy tarde y por eso no fui a almorzar con mi familia. Había pedido que no me levantaran ese día.
Me puse un vestido verde muy sencillo y me dejé el pelo suelto. Quería estar lo más natural posible.
Fuimos hasta el pequeño jardín que había detrás del castillo. Me quedé alli hasta que unos ojos azules que solo yo pude ver aparecieron.
Me adentré más en el bosque y allí pude ver a Dylan, tan guapo como siempre. Tenía puesta una camisa azul que quedaba perfecta con sus ojos y unos pantalones marrones oscuros con unas botas del mismo color. Me levanté un poco el vestido y fui corriendo hacia él.
-Estás preciosa Allie-me ruboricé.
-Dylan por favor no me digas eso-escondí mi cara en su pecho.
-Está bien, pero recuerda lo que te he dicho, vamos, el lugar donde iremos te va a encantar. Está un poco lejos así que te llevaré en brazos y cierra los ojos.
Me cogió en brazos y yo cerré los ojos como me había dicho. Pude sentir la velocidad a la que íbamos, era íncreible.
-Alice no abras los ojos hasta que yo te lo diga.
Me bajó y caminamos un par de metros hasta que nos paramos.
-Abrelos -me susurró al oído.
Los abrí y el lugar donde estábamos era precioso: era una gran prado verde con miles de flores de diferentes colores adornandolo y al fondo de todo había una pequeña cascada con enredaderas saliendo de unas rocas que estaban dentro de la cascada. Era el lugar más bonito que había visto.
Mi giré hacia él y me miraba esperando una respuesta. Lo único que hice fue quedarme callada y las lágrimas empezaron a salir.
-¿No te gustó?-me preguntó muy triste.
-No es eso-me lancé a sus brazos-Es precioso.
Estuvimos abrazados un largo rato, pero Dylan se alejó un poco de mi y me miró con una gran sonrisa. Metió la mano dentro del bolsillo de su pantalón y sacó una pequeña cajita roja. La abrió y dentro había un bonito anillo de oro con unas muy pequeñas esmeraldas. Combinaba perfectamente con la pulsera que me había regalado. Cogió mi mano y deslizó el anillo por uno de mis dedos. Luego me besó.
-Serás mi esposa Alice, no me importa nada más solo tú. Te amo.
-Muchas gracias Dylan, me has hecho muy feliz. Yo también te amo.
Un par de lágrimas resbalaron por mi mejilla y él enseguida con sus dedos las limpió.
-No llores princesa, siempre estaré contigo.
Con sus manos empezó a acariciar mis mejillas. A pesar de ser un vampiro el era cálido y suave. Sus manos no eran frías, al contrario, estaban muy calentitas. Entonces se me ocurrieron algunas preguntas que hacerle.
-Dyl, ¿Te puedo preguntar algo?-me sonrojé, las preguntas eran algo tontas.
-Por supuesto amor-con un giro rápido me sentó en el suelo, frente a él-Pregunta.
-Bueno…si eres un vampiro, ¿Por qué eres cálidos?-me miró confuso-Quiero decir… ¿los vampiros no son fríos?




Hooola, como hemos llegado a los 6 comentarios he decidido poneros el capítulo antes y el domingo podré otro, no os preocupéis (Sobre todo tu Bel xD)
Espero que os haya gustado, aunque es medio aburridillo.
Besooos

domingo, 9 de mayo de 2010

Capítulo 6: Descubierto (Dylan)

Le había confesando a Alice que era un vampiro. Y por increíble que pareciera ella me había aceptado. Le juré que le contaría quién era antes de que se casara. Y así lo iba a hacer, le confesaría que era Dylan e intentaría convencer a su padre de que se casara conmigo. Me había enfurecido tanto cuando el idiota de Henry la había besado, que casi me lanzo a su cuello.
A la mañana siguiente me levanté muy temprano y entré por la ventana de Alice para verla dormir.
Parecía un ángel, y se veía tan desprotegida…desde ese momento la protegería de todo, incluso de mi mismo.
-Lo haré princesa, te protegeré aunque me cueste la vida.
Salí silenciosamente y me fui a ver a mi padre. Estaba reunido con el rey.
-Buenos días majestad-hice una reverencia-Hola padre, ¿de que hablabais?
-Hijo debes participar en el ejército-dijo mi padre.
-¿Qué? Sabes muy bien que no se pelear-no mataría nunca más si no fuera necesario.
-Pero hijo lo necesitamos-yo negué.
-Dylan, tu padre tiene razón, si no nos ayudas perderíamos a muchos soldados. Necesitamos que alguien diriga las tropas menores. Solo matarás a algunos bárbaros.
-N-no puedo.
-Por favor hijo, hazlo por mí.
-¡¡No!! ¡Te dije que nunca volvería a matar a nadie! ¡No lo volveré a hacer!
-Pero hijo…eso fue un error.
-No papá no fue un error, lo hice porque estaba demasiado furioso ¡le partí el cuello a mi propio abuelo!
Me tapé la boca.¡¿Qué había hecho?!
-Yo te lo explico Connor-empezó mi padre- Mi padre no quería que yo me casara con la madre de Dylan. Cuando él era pequeño mi padre le intentó hacer daño, Dylan solo se quería proteger y le lanzó un jarrón al cuello. Por favor que esto no salga de aquí.
-No te preocupes Harry. De mi boca no saldrá ninguna palabra. Y muchacho, solo te pido que dirijas las tropas. Solo eso-yo acepté- Muchas gracias Dylan. Eres un buen chico.
Bien, ya le estaba cayendo bien al rey, pero eso no significaba que me daría la mano de su hija. Tenía que ganarme su confianza antes que Henry. De pronto la puerta se abrió y el principe Ethan apareció hablando con Henry.
-Buenos días-saludaron.
-¿Ya sabéis quién dirigirá las tropas menores?-preguntó Henry- Yo me haré cargo de las 2 principales junto con el rey. Y Ethan otras 2 de nivel medio.-dijo alardeando de su mando.
-Dylan se encargará de eso. Pero no peleará.
-¡¿Qué?!-Henry me miraba con cara de desprecio.
-No soy bueno peleando.
-Eres un cobarde-susurró sin que los demás pudieran oírle, pero yo si pude- Pronto todo esto pasará y la princesa será toda mía.
Una rabia intensa corrió por todo mi cuerpo y apreté los puños. El jamás tocaría a mi princesita. Ella era mía. Yo la quería. La amaba.
Una de las sirvientas abrió la ventana y un rayó de sol cayó sobre mí haciendo que mis rodillas flaquearan.
-Hijo ¿estas bien?-dijo mi padre sacandome del sol. Todos me miraban extrañados- Necesitas beber algo.
-Dylan te acompaño a la cocina-dijo Ethan, intenté negar pero mi padre no me dejó- Vamos.
Cuando salimos de la habitación solté un suspiro.
-Si no me llegas a sacar de allí mato al imbécil de Henry.-el soltó una carcajada.
-Te entiendo, a mi también me dan ganas. No lo hago porque a mi padre le disgustaría y porque no quiero manchar mi reputación. Tengo que estar limpio para mi coronación.
-Jajaja, me agradas Ethan.
-Tú también a mi Dylan. Desearía que fueras tú que se casara con mi hermana y no ese imbécil.
-No te preocupes Ethan, eso pronto cambiara.
Salí de allí dejando a Ethan muy desconcertado. Me fui al torreón y allí estuve hasta que Alice apareció.
-Hola Dylan-dijo con esa voz increíblemente dulce- ¿Cómo estas? Me dijo mi padre que te dio un mareo. ¿Te encuentras mejor?
-Ya estoy bien, pero el sol me impactó de lleno, y no me gusta nada el sol.
-Ahhh-dijo con una sonrisa de ¿satisfacción?- Dylan ¿me enseñas ese colgante que tienes? Es muy bonito.
-Claro-se lo enseñé sin quitarmelo del cuello- Me lo regaló mi madre antes de morir.
-¿Hay más como este?-me preguntó- Me gustaría tener uno.
-La verdad es que no. Mi madre me explicó que solo había uno en todo el mundo y pertenecía a su familia. Nunca me lo quito.
Una gran sonrisa se ensanchó por su rostro y se acercó bastante a mí. Y como siempre olía deliciosa. De repente se inclinó hacia mí, poniéndose de puntillas.
-¿Q-que haces Alice?-le pregunté medio asustado y enfadado.
Ella quería al Dylan vampiro, no a mí. Intenté alejarme de ella, pero sus pequeños brazos me atraparon por el cuello y yo no pude evitar pasar mis manos por su delicada cintura.
-Pues lo que hicimos ayer en este mismo torreón, ayer me confesaste lo que eras. Y hoy ya se quien eres. Quiero que me beses como Dylan. Solo Dylan. Mi Dylan.
La besé. No sabía como me había reconocido, pero no me importaba. Solamente la besé como Dylan. El príncipe maleducado, hijo del enemigo de su padre.


Espero que os haya gustado el capítulo. Me gustaría que comentarais un poquito más...es que parece que no os gusta mi historia :(
Ojalá que en este capítulo hubiera más comentarios...
Besos

domingo, 2 de mayo de 2010

Capítulo 5: Extraña coincidencia (Alice)


Sentí un suave peso en mi muñeca y me desperté. En mi mano había una nota, la leí y un par de lágrimas descendieron por mis mejilas, lo amaba tanto…
Miré la pulsera que reposaba en mi muñeca y era preciosa. Las esmeraldas estaban perfectamente talladas en forma de corazón con una cadena dorada al borde.
Estaba muy confundida ¿Qué hacía yo en mi habitación? Solo recuerdo haber visto al perfecto principe Dylan. Espera. ¿Dije perfecto? Mi cabeza estaba toda revuelta. Dylan estaba ahí conmigo, pero de pronto aparecieron los ojos azules que me habían arrebatado el corazón. Y otra vez sentí ese pinchazo en mi cuello. Lo toqué suavemente y me recorrió la misma corriente eléctrica que la otra vez.
Salí de mi habitación para hablar con Dylan, pero me encontré a Henry.
-Buenos días Alice-me sonrió como un idiota.
-Igualmente alteza-le dije formalmente intentando irme.
-¿Por qué me tratas así?-me cogió por un brazo y me acercó hacia él- Te vas a casar conmigo, eres mi prometida-me besó a la fuerza.
-¡¿Quién te crees para besarme?!-le grité-No te conozco de nada, déjame en paz, no me caso porque quiera, mi padre me está obligando así que ni se te ocurra tocarme.
Me iba a responder pero una voz lo interrumpió.
-Buenos dias altezas-dijo Dylan haciendo una reverencia- Alice ¿te importaría acompañarme?-su voz se notaba furiosa. “Que raro” pensé- Acuerdate que estuvimos hablando y no terminamos.
-Por supuesto Dylan-pasé mi brazo por el suyo y enseguida se tensó, pero no me importó. Caminé a toda prisa para poder alejarme de Henry.
Cuando estuvimos lo suficientemente lejos de él le agradecí a Dylan.
-Muchas gracias Dylan, no sabes de lo que me libraste-suspiré.
-¿Por qué? ¿No es tu prometido?-seguía muy furioso.
-Si pero…solo me caso con él porque mi padre me obliga-él parecía aliviado- ¿Qué pasó en el torreón? No me acuerdo de nada.
-Esto…-pensó un poco-te desmayaste y… yo t-te llevé a tu habitación-no parecía muy seguro de lo que estaba diciendo.
-¿En serio?-sabía que me estaba mintiendo, pero aún así quise ser amable con él- Pues muchas gracias Dylan.
Le sonreí dulcemente y entonces vi un bonito colgante que colgaba de su cuello. Pero algo en mí me decía que no preguntara porque lo llevaba puesto.
Pasó todo el día y antes de acostarme decidí subir al torreón, quería pensar claramente en todo lo que había pasado.
-Alice-me llamó alguien-Date la vuelta.
Di la vuelta y allí se encontraba el con la misma máscara del otro día y esos electricos ojos mirándome. Corrí hacia él y me tropecé pero el me mantuvo entre sus brazos.
-Mira que eres torpe mi princesita-sacó una sonrisa preciosa- me has hecho cambiar mucho.
-¿Yo?-pregunté toda ruborizada mientras me intentaba parar yo sola, pero el hecho de que él me tocara, me derretía.
-Si, tu. Antes de conocerte siempre era muy frío, no me gustaba que la gente me hablara… y nunca había sentido lo que siento por ti. Te quiero Allie.
-Tú también me has hecho cambiar mucho. Yo siempre deseaba que la gente me halagara y me estuviera dando regalos, pero ahora cuando me lo dicen me siento rara. Era una niña malcriada pero no sé… todo ha cambiado desde que te conozco. Han sido un par de días pero…siento que ya pasaron años desde que me enamoré de ti. Te quiero, pero por favor dime como te llamas.
-Lo siento princesa, pero no debo, sería muy peligroso para ambos. Te juro que antes de que te cases te lo diré. Y por favor, cuando te diga quien soy, no te enfades conmigo, sabes que solo quiero tu bien.
-Está bien. ¿Te puedo preguntar porque dices que me has hecho daño?-el suspiró-Por favor-le supliqué.
-De acuerdo, pero no me tengas miedo, soy incapaz de hacerte un daño mayor del que te he hecho. Dime que no te alejarás de mí por lo que soy-me pidió con miedo.
-Te lo prometo, sería incapaz de dejarte aunque seas el mayor monstruo de todo el reino.
-Pues por ahí vas bien. Soy el peor monstruo que hay en este mundo. Yo…cuando me da la luz del sol, me debilito completamente, me hace demasiado daño la luz. Mi corazón no…no late. Y no como comida normal, bebo sangre. Por eso tienes esas dos marcas en el cuello.Soy un vampiro. Te juro que no volveré a hacerlo, solo fue un impulso, pero es que tu sangre es deliciosa y… antes de hacerte daño me mat…
No lo dejé acabar porque me abalancé sobre él y le besé. No me importaba lo que era y podía beber de mí toda la sangre que quisiese. Me separé de él y le miré.
-No me importa lo que seas, tampoco me importa que hayas bebido mi sangre, por que lo que más quiero en este mundo es que seas feliz.
-Gracias Allie-me abrazó y yo apoyé mi cabeza en su pecho.
Y entonces vi el mismo colgante que tenía Dylan esta mañana. Lo tenía guardado en el bolsillo. Pensé preguntarle porque lo tenía pero primero hablaría con Dylan.
-¿Te gustó la pulsera?-preguntó mientras besaba mi pelo.
-Claro que si, es preciosa.
-No tanto como tú-me sonrojé- Eres hermosa cuando te sonrojas.
-Te dije que no me gustaba que me dijeran eso.
-Lo sé, pero no puedo negar lo obvio. Eres la mujer más hermosa que haya visto. Te amo mi princesita.
-Yo también te amo, mi principe.

 

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